Viejo jugador del mundo cripto Jia Yueting

Texto | Sleepy.txt

Edición | Lin Wanwan

 

Jia Yueting ya entendió cómo se mueve el mundo cripto.

El 8 de octubre, publicó en X una foto de un auto con el logo de “BNB”, acompañada del texto: “Conduce un auto Binance, disfruta una vida Binance”. El meme token homónimo “Binance Auto” vio su capitalización dispararse, alcanzando los 30 millones de dólares en solo unas horas.

Cuando el furor llegó a su punto máximo, el propio Jia Yueting salió a desmentir: nunca emitió ningún token.

Fuente: X

El sueño de Jia de fabricar autos sigue sin concretarse, pero claramente ya sabe cómo generar olas en el mundo cripto. Sin embargo, esta vez su incursión en el meme de Binance no fue casualidad.

Hace apenas unas semanas, en septiembre de 2025, el fondo de activos cripto C10 Treasury, gestionado por Jia Yueting, anunció sus últimos resultados: una ganancia flotante de aproximadamente 7%. Días después, realizó una jugada aún mayor, invirtiendo 41 millones de dólares para adquirir la empresa QLGN, que cotiza en Nasdaq.

Si la asamblea de accionistas lo aprueba, QLGN pasará a llamarse CXC10 y se enfocará en criptomonedas y negocios Web3. Según el plan, C10 Treasury también comenzará a invertir en los diez principales criptoactivos.

Desde el contenido, pasando por los autos, hasta las finanzas, Jia Yueting siempre ha buscado un escenario donde continuar su narrativa. Y esta vez, vuelve a atarse al mundo cripto.

Hace más de diez años, las luces del edificio de LeTV en Beijing solían quedarse encendidas hasta altas horas. Era una época de ambición, donde Jia Yueting gritaba en el escenario “ecología disruptiva”, queriendo construir un enorme mapa del futuro combinando hardware, contenido y finanzas.

Era como un creador de sueños, construyendo el futuro a base de conceptos y visiones. Los inversores y medios en la audiencia se encendían con lemas como “revolucionar la TV”, “redefinir el smartphone” y “crear el Tesla chino”.

Hoy, desde Los Ángeles, los rendimientos de C10 Treasury y el plan de adquisición de QLGN se han convertido en su nuevo material narrativo. Ahora arma una historia más grande con datos, cumplimiento y capital.

¿Este cambio de Jia Yueting es una verdadera transformación o solo la misma historia en un envase nuevo? La respuesta está en sus catorce años de idas y vueltas con el mundo cripto.

La era del frenesí

En 2011, Jia Yueting estaba en la cima de su carrera.

Jia Yueting en una presentación; Fuente: Huxiu

LeTV acababa de salir a la bolsa de crecimiento, convirtiéndose en “la primera acción de video de China”. Ese año, la empresa facturó 598 millones de yuanes, un aumento interanual del 151%, con una ganancia neta de 131 millones de yuanes, un 87% más que el año anterior. Pero su ambición iba mucho más allá de un sitio de videos: quería construir un ecosistema que abarcara contenido, terminales, plataformas y aplicaciones.

Ese año, Li Ming entró en su radar. Li Ming era el responsable técnico de LeTV Cloud y, en su tiempo libre, le gustaba experimentar con bitcoin, corriendo nodos en su computadora de casa. En ese entonces, WeChat acababa de lanzarse, Alibaba preparaba su salida a bolsa y Baidu seguía siendo el rey del tráfico. Casi nadie prestaba atención a este experimento de moneda digital.

Pero Jia Yueting sí lo hizo. Siempre fue sensible a las nuevas tecnologías, capaz de captar el aroma de nuevas direcciones en medio del bullicio. Esa intuición le permitió notar antes que otros el potencial de blockchain. Empezó a hablar con Li Ming, preguntando sobre la lógica de bitcoin y tanteando si esa tecnología, aún ignorada, podría formar parte del ecosistema de LeTV.

Entre 2012 y 2013, la “ecología disruptiva” de Jia Yueting alcanzó su clímax.

Primero lanzó la primera generación de super televisores y, al año siguiente, el LeTV Box. La lógica era simple: subsidiar hardware para ganar usuarios, cobrar por contenido para recuperar, y amplificar los beneficios con el efecto de plataforma. Esta estrategia era única en ese momento: mientras otros sufrían por los costos de licencias, él ya pensaba en cómo diluirlos con ventas de hardware.

En ese entonces, el precio de bitcoin superó por primera vez los mil dólares. Li Ming le envió un correo a Jia Yueting proponiendo agregar funciones de minería en el LeTV Box y las TVs, permitiendo a los usuarios usar los tokens minados para pagar la membresía anual de 499 yuanes.

El plan involucraba hardware, software, red y finanzas, mucho más complejo que un producto convencional. Pero integraba hardware, contenido, criptomonedas e incentivos al usuario en un solo sistema, justo lo que le gustaba a Jia Yueting. Luego, en una reunión estratégica, lo nombró directamente responsable del proyecto, rompiendo la cadena de reportes habitual. “Normalmente, el jefe no debería designar personalmente a alguien para un proyecto”, recordó Li Ming después.

En 2015, LeTV vivió su momento de gloria. Ingresos anuales de 13.017 millones de yuanes, casi un 90% más, y una capitalización que superó los 150.000 millones de yuanes, convirtiéndose en la estrella de la bolsa de crecimiento. Las super TVs vendieron más de 3 millones de unidades, el smartphone de LeTV fue un éxito inmediato, y los proyectos de derechos deportivos y autos avanzaban en paralelo. Por primera vez, la “ecología disruptiva” de Jia Yueting mostró su verdadero poder.

Ese año, puso la mira en las finanzas. El hardware y el contenido sostenían la historia en la superficie, pero para que el sistema funcionara, hacía falta un nuevo punto de apoyo. Para él, las finanzas eran la palanca que permitiría la autosuficiencia del ecosistema.

En agosto de 2015, Wang Yongli, ex vicepresidente del Bank of China, se unió oficialmente a LeTV como CEO de LeTV Finance. Jia Yueting hizo grandes esfuerzos para convencerlo. Le pintó una visión grandiosa: que la innovación financiera fuera el pilar del ecosistema LeTV.

Con la llegada de Wang Yongli, el área financiera de LeTV se expandió rápidamente: pagos, gestión de patrimonio, seguros, crédito e incluso blockchain, todo entró en la lista de exploración. La tarea era clara: lograr también la “ecología disruptiva” en el sector financiero.

En marzo de 2016, impulsado por Jia Yueting, LeTV Finance anunció la creación de un laboratorio de blockchain. En ese momento, la mayoría de las empresas de internet en China aún estaban expectantes; pocos creaban laboratorios específicos. Jia Yueting exigió que el laboratorio no se centrara solo en minería o emisión de tokens, sino en buscar aplicaciones relacionadas con los negocios de LeTV.

Así, el laboratorio comenzó a experimentar en varias áreas: integrar blockchain en los LeTV Box y TVs para que los dispositivos de los usuarios fueran nodos; usar blockchain para proteger derechos de autor e incentivar a creadores de contenido con tokens; explorar pagos, gestión de patrimonio y seguros basados en blockchain.

Ese mismo año, Jia Yueting empezó a expandirse al extranjero.

Abrió una filial en EE.UU., negoció la compra del negocio de TVs de Vizio y destinó parte de los fondos a Faraday Future. El flujo de capital transfronterizo se volvió un desafío inevitable. Los canales de pago tradicionales eran costosos, lentos y sujetos a regulaciones. Blockchain ofrecía otra posibilidad: liquidaciones más rápidas y baratas mediante redes descentralizadas.

En diciembre de ese año, LeTV Finance y Stellar anunciaron una alianza estratégica. Stellar era entonces una de las pocas blockchains públicas enfocadas en pagos, con confirmaciones rápidas y bajo consumo energético, ideal para usos comerciales.

LeTV presentó al equipo de Stellar su estrategia de ecosistema blockchain, explicando la importancia de la tecnología blockchain en ese plan. La visión convenció al equipo de Stellar y pronto firmaron el acuerdo. Esta colaboración llevó por primera vez la exploración blockchain de LeTV al escenario internacional.

Este esquema se fue ampliando hasta convertirse en un plan completo: hardware con blockchain integrado, contenido liquidado con tokens, finanzas explorando pagos y gestión de patrimonio, y aplicaciones extendidas a identidad y cadena de suministro. El plan era ambicioso y el ritmo agresivo, pero dependía mucho del capital y la coordinación interna.

En 2016, era demasiado pronto.

En la segunda mitad del año, la cadena de pagos de LeTV empezó a tensarse, el negocio de móviles daba pérdidas, el proyecto de autos consumía mucho capital y la expansión internacional seguía drenando recursos.

En noviembre de ese año, Jia Yueting admitió internamente que la empresa debía “pisar el freno”. Con el flujo de caja ajustado, el laboratorio de blockchain también tuvo que pausar sus planes.

El ocaso del imperio

Entre 2016 y 2017, la vida de Jia Yueting dio un giro radical.

Ese año, el imperio LeTV que él mismo construyó empezó a desmoronarse, y el ídolo emprendedor se convirtió rápidamente en blanco de críticas.

El 6 de noviembre de 2016, publicó la famosa carta interna “El agua y el fuego de LeTV: ¿seremos tragados por las olas o herviremos el océano?”.

Fuente: Weibo

En la carta, admitió: “El ecosistema LeTV enfrenta grandes desafíos. Nuestra estrategia de correr a ciegas y quemar dinero para expandirnos ha llegado a su fin”.

La publicación de esa carta fue como un despertar tardío. Jia Yueting empezó a enfrentar sus decisiones de los últimos años: expansión desmedida, diversificación ciega, descuido del flujo de caja. En ese crecimiento casi fuera de control, llegó a creer que si el ecosistema era lo suficientemente grande, los problemas quedarían ocultos por el crecimiento.

Pero la realidad demostró rápidamente que cada negocio de LeTV consumía la misma sangre. Cuando demasiados proyectos extraían recursos al mismo tiempo, el enorme sistema se volvió insostenible.

El 4 de julio de 2017, poco más de medio año después de esa carta, Jia Yueting tomó un vuelo a EE.UU. Dijo públicamente que era un viaje corto de negocios. Nunca regresó.

Para el público, fue una huida apresurada. LeTV estaba ahogada en deudas, los proveedores bloqueaban la entrada del edificio, y la presión de inversores y reguladores era constante. Desde su perspectiva, era una reubicación estratégica: Faraday Future tenía su sede en Los Ángeles y necesitaba su presencia; el mercado de capitales estadounidense era más abierto y el marco regulatorio más claro. Creía que la oportunidad de reiniciar estaba allí.

En ese momento, EE.UU. vivía el furor de blockchain y las criptomonedas. El precio de bitcoin rompía récords, el mercado de ICOs crecía rápidamente, surgían nuevos proyectos cada día, y el capital y los conceptos se perseguían mutuamente. Era un escenario encendido por la ambición.

Un año después, la ola llegó a China.

La industria blockchain china también vivió una breve euforia. Las ICOs se convirtieron en el método de financiación más popular y casi todas las industrias intentaban sumarse al “blockchain+”. En ese contexto, la filial de LeTV, Lerong Zhixin, junto con OneChain Technology, lanzaron el “OneChain Box” el 11 de julio.

OneChain Box; Fuente: Smart TV Network

Era un TV box de 599 yuanes con funciones blockchain integradas. Los usuarios podían compartir su ancho de banda y recibir OC (OneChain Token), que luego podían canjear por productos en la tienda de LeTV. Para una LeTV ya tambaleante, era más un intento desesperado de salvarse que una estrategia bien pensada.

Recién lanzado el producto, la Bolsa de Shenzhen envió una carta de consulta, cuestionando si LeTV estaba usando el concepto blockchain para especular con el precio de sus acciones. La intervención regulatoria cubrió el proyecto de sombras de la noche a la mañana.

Jia Yueting quería demostrar el valor comercial de blockchain con el “OneChain Box”, pero terminó siendo señalado por “especulación conceptual”. LeTV aclaró que no estaba involucrada en la emisión ni el comercio de tokens. Pero esa explicación no cambió la percepción pública. El “OneChain Box” pronto desapareció, siendo la última aparición de LeTV en el mundo blockchain.

El fracaso de este proyecto reflejó las limitaciones de toda la industria blockchain en ese momento.

En 2018, la tecnología aún estaba en pañales, las aplicaciones eran escasas y los usuarios desconfiaban de las criptomonedas. Las políticas regulatorias de cada país eran inestables y los proyectos nacían con alto riesgo. Era una era de conceptos, pero si la ejecución se retrasaba un poco, el entusiasmo se desvanecía rápidamente.

Este episodio también le dio a Jia Yueting una visión más realista de blockchain. Se dio cuenta de que la tecnología aún estaba lejos de implementarse realmente: hacía falta un entorno regulatorio y un mercado más maduro. El intento de LeTV fue quizás demasiado temprano y rápido, pero le permitió ver la brecha real entre negocio y tecnología. Ese aprendizaje fue su referencia para el nuevo comienzo.

La crisis de LeTV se llevó el capital y también a la gente. Curiosamente, muchos exempleados se volcaron luego a la industria blockchain. Según datos públicos, al menos 17 ex empleados de LeTV se sumaron al mundo cripto en esos años, persiguiendo ese sueño inconcluso.

La segunda mitad de la apuesta

En la fábrica de Faraday Future, Jia Yueting vivió sus años más discretos.

Fábrica de Faraday Future; Fuente: Tencent News

Entre 2019 y 2024, prácticamente desapareció del ojo público, sumido en los detalles de la fabricación de autos: cuellos de botella técnicos, falta de fondos, competencia feroz, regulaciones. Ningún aspecto era sencillo. Faraday Future tuvo múltiples dificultades para financiarse en EE.UU. y los planes de producción en masa se retrasaron una y otra vez, haciéndole experimentar la complejidad y lentitud de la industria manufacturera.

La lógica de internet es la velocidad, pero la de fabricar autos es la espera. Esta experiencia lo obligó a adaptarse a otro ritmo: probar, analizar, corregir paso a paso. Entre velocidad y riesgo, tuvo que aprender a ir más despacio.

Mientras tanto, el mundo cripto entró en un nuevo ciclo. Tesla anunció la compra de 1.5 mil millones de dólares en bitcoin, sacudiendo los mercados globales. Luego, empresas como MicroStrategy, Square y PayPal también se sumaron. La entrada masiva de fondos institucionales hizo que este mercado, antes dominado por especuladores, comenzara a tomar forma como un activo regulado.

Entre 2019 y 2024, la industria blockchain vivió una evolución sin precedentes.

Los smart contracts de Ethereum maduraron, el capital en protocolos DeFi pasó de cientos de millones a decenas de miles de millones de dólares; los NFT llevaron el arte digital y los activos virtuales al mainstream; las DAO convirtieron la gobernanza comunitaria en una nueva forma organizativa.

Mirando atrás, la “ecología disruptiva” de Jia Yueting en LeTV tiene ecos en estas nuevas tecnologías, aunque el contexto y las herramientas sean completamente diferentes.

Para 2024, la infraestructura de la industria y el entorno eran radicalmente distintos a seis años atrás. La entrada de fondos institucionales, la madurez de las stablecoins y DeFi, y la integración con IA hicieron el mercado más sólido y operativo.

Comparado con el “OneChain Box” de entonces, hoy las formas y el entorno para experimentar son completamente diferentes. Para volver a este sector, hace falta una lógica de mercado más clara y una ejecución más prudente.

El 17 de agosto de 2025, en Pebble Beach, California, Jia Yueting volvió al escenario y anunció la estrategia “EAI + Crypto doble volante”.

A diferencia de otras presentaciones, esta vez no presentó un auto nuevo, sino un marco de negocios completamente nuevo, combinando EAI (Electric AI) y Crypto en un sistema de crecimiento de doble ciclo.

La lógica de esta estrategia no es complicada. EAI representa el negocio de autos eléctricos e inteligencia artificial de Faraday Future, fuente de flujo de caja real; Crypto es el otro polo, abriendo espacio hacia la gestión de activos cripto y la economía digital. Ambos se retroalimentan: EAI aporta flujo de caja, las ganancias de Crypto regresan para impulsar la fabricación e I+D.

C10 Treasury es el punto de partida de la estrategia “doble volante”. Es una plataforma de gestión de activos cripto que usa una estrategia “80% pasiva + 20% activa”: la mayor parte del capital se invierte siguiendo el índice C10 en los diez principales criptoactivos (excluyendo stablecoins), y el resto queda a gestión flexible del equipo.

La inversión pasiva es la base, manteniendo la estabilidad; la parte activa deja espacio para la ofensiva. Al 18 de septiembre de 2025, C10 Treasury gestionaba unos 10 millones de dólares, con una ganancia flotante del 7%.

El 20 de septiembre, Jia Yueting volvió a moverse. Faraday Future adquirió la empresa QLGN, que cotiza en Nasdaq, por 41 millones de dólares, y planea renombrarla como CXC10. QLGN (Qualigen Therapeutics) era originalmente una pequeña empresa biotecnológica; lo que atrajo a Jia Yueting no fue su negocio principal, sino su estatus de empresa cotizada y su canal de financiación.

Eso significa tener una estructura de capital lista para usar.

Jia Yueting en la presentación de CXC10; Fuente: Faraday Future official X

En esta adquisición, invirtió personalmente 4 millones de dólares, quedándose con cerca del 7% de las acciones y bloqueándolas voluntariamente por dos años. El día del anuncio, el precio de QLGN se disparó un 255%, pasando de 2.8 a más de 10 dólares en pre-market.

Aún más importante, en esta operación apareció un nuevo nombre: la Fundación SIGN. SIGN es una empresa de tecnología blockchain respaldada por Binance Labs, Sequoia Capital y otras instituciones top. Su participación no solo aporta capital, sino también soporte técnico y de recursos. Para Jia Yueting, esto significa volver a tener acceso al núcleo de la industria.

Comparado con la época de LeTV, la postura de Jia Yueting es claramente diferente. Esta vez, construye su nueva historia con estructura de capital, cumplimiento y alianzas institucionales. Pero si este giro es una verdadera transformación o solo un ciclo más sofisticado, solo el tiempo lo dirá.

El camino inconcluso

Mirando hacia atrás desde hoy, la trayectoria empresarial de Jia Yueting parece un círculo.

En la era LeTV, contaba la historia de la “ecología disruptiva”; en Faraday Future, dibujó el futuro de la movilidad con autos eléctricos; en 2025, puso en escena el “doble volante EAI + Crypto”.

Cada giro coincidió con el pulso de la época, y siempre estuvo acompañado de controversia.

La verdadera prueba aún está por venir. Las ganancias flotantes de C10 Treasury dependen más del mercado; aún no se sabe si resistirán la volatilidad. La lógica del “doble volante” suena completa, pero no ha sido probada en un ciclo completo. Lo más importante: si realmente aprendió a ser prudente tras sus fracasos, o solo cambió la forma de contar la historia, nadie puede responderlo.

Desde el edificio de LeTV en Chaoyang, Beijing, pasando por la fábrica en California, hasta el escenario de capital de Nasdaq, esta historia cruza geografías e industrias.

En el mundo cripto, las historias nunca tienen un final definitivo, solo un próximo capítulo por escribir.

La historia de Jia Yueting continúa.

 

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