Ahora está claro para la mayoría de los inversores, especialmente aquellos que han sobrevivido a uno o más inviernos cripto, que Bitcoin se mueve en ciclos de aproximadamente cuatro años. Muchos argumentaron hasta 2022 que Bitcoin siempre se mantendría por encima de sus máximos anteriores.
Esto ocurrió en 2011, en 2014 y en 2018. Sin embargo, en 2022, el precio de Bitcoin cayó, debido al colapso de FTX, a $15,000, por debajo del umbral fatídico de $20,000, que se alcanzó brevemente, aunque solo por unos días en diciembre de 2017.
Mientras todos intentan predecir cuál será el valor máximo de Bitcoin en este ciclo, que probablemente termine a fines de octubre de 2025, el departamento de investigación de Diaman Partners ha intentado comprender cómo estimar cuál será el valor mínimo de Bitcoin en 2026, en caso de que el criptoinvierno se materialice en los próximos meses. Muchos expertos especulan que la fase cíclica de Bitcoin ha terminado y que ahora estamos entrando en una nueva fase, más ‘madura’, de crecimiento más estable.
Hay muchas razones para apoyar esta tesis. Los ETF en Estados Unidos están recaudando mucho dinero, la demanda institucional está aumentando, las empresas de tesorería están creciendo y los fondos de pensión ahora pueden comprar Bitcoin (al menos en Estados Unidos).
Manteniendo una perspectiva escéptica e ingenieril, sin embargo, se tiende a creer que los ciclos de Bitcoin continuarán, aunque con menor intensidad, durante años. Al menos, desde el punto de vista de la gestión de riesgos, la posibilidad de que ocurra un criptoinvierno ya no puede ser ignorada.
Cabe señalar que la idea de utilizar el modelo robusto del promedio de 200 semanas es un concepto de Adam Back que goza de mucha confianza.
El gráfico muestra que, excepto en 2022, donde, como se mencionó anteriormente, los precios cayeron más de lo esperado debido al efecto FTX, el promedio móvil de 200 semanas proporcionó un excelente soporte para la caída del precio. En el mismo gráfico, la línea roja representa la diferencia porcentual entre el precio de Bitcoin y el propio promedio, siguiendo la idea de que el promedio de 200 semanas representa una resistencia, una especie de caída máxima esperada en caso de un criptoinvierno.
Un observador atento podría sugerir que pasar del máximo al mínimo lleva algo de tiempo. Durante este tiempo, el promedio continúa creciendo, por lo que esta relación sobreestima la posible pérdida, y esto es cierto; si miramos los valores actuales, donde el promedio está por encima de $51,000, quizás una pérdida del 60% esté sobreestimada, y esto es absolutamente cierto.
Para estimar dónde estará el promedio de 200 semanas hacia fines de 2026, el final estimado del criptoinvierno (si es que ocurre) y si sigue la amplitud de los ciclos anteriores, Diaman Partners realizó una simulación de Monte Carlo para estimar tanto la probabilidad de que una serie histórica pueda estar en cierto precio, como también para estimar un rango de valores en el que el promedio de 200 semanas debería estar en el momento en que haya mayor posibilidad, según los ciclos anteriores de Bitcoin, de que el precio encuentre soporte utilizándolo como resistencia.
Para los fanáticos de la simulación de Monte Carlo, existe un modelo con rendimientos y volatilidad decrecientes (en lugar de los modelos clásicos de media y varianza estáticas) siguiendo funciones de ley de potencias sobre los rendimientos anualizados en ventanas móviles de 200 semanas para mantener la consistencia, como se muestra en el gráfico a continuación.
Esta precaución es necesaria debido a la estructura técnica de los rendimientos y la volatilidad de Bitcoin, que ha disminuido significativamente a lo largo de los años (por eso estamos convencidos de que Bitcoin ya no puede experimentar un crecimiento exponencial, al menos basado en los rendimientos promedio pasados).
Este gráfico muestra que los rendimientos de Bitcoin no son exponenciales, por lo que a medida que Bitcoin crece en capitalización, podemos esperarlo. De hecho, es razonable esperar una disminución en los rendimientos anuales promedio y la volatilidad con el tiempo. Cuanto mayor es la capitalización de un activo, más energía se necesita para moverlo.
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Sin embargo, asumir que ya no habrá caídas del -50% o más con la volatilidad actual es demasiado irrealista, por lo que creemos que es necesario evaluar la posible caída de este cuarto ciclo de vida de Bitcoin.
De esta simulación, que se realizó creando 1,000 series históricas aleatorias, parece que Bitcoin solo tiene un 5% de probabilidad de tener un valor por debajo de $41,000 en diciembre de 2026, lo que significaría que el precio habría superado el promedio móvil, que estaría alrededor de $60,000 a pesar de la caída del precio. Si tomamos el percentil 5° (línea roja en el gráfico), el precio objetivo para el final del ciclo del criptoinvierno, indicado por el promedio móvil de 200 semanas, estaría alrededor de $60,000.
Si, por otro lado, el precio de Bitcoin continuara subiendo y luego cayera solo en 2026, o en todo caso se mantuviera en línea con las simulaciones de Monte Carlo, entonces el valor de soporte para el mínimo del ciclo a fines de 2026 sería superior a $80,000.
Para hipotetizar tal caso, de las 1,000 simulaciones, tomamos la que representa un fuerte crecimiento para Bitcoin en los próximos meses, seguido de una caída significativa hasta casi fines de 2026.
Si hacemos ingeniería inversa, partiendo del posible piso de 2026 en $80,000, la tabla muestra cuál podría ser la pérdida máxima en el próximo criptoinvierno según el máximo que alcance Bitcoin en los próximos meses. Considerando que las caídas en los distintos ciclos siempre han ido disminuyendo (-91%, -82%, -81%, -75%), esperar un -69% podría ser plausible, y por lo tanto, el objetivo de precio de $260,000 puede no ser tan imposible de alcanzar para 2025.
Por otro lado, si miramos el gráfico logarítmico, una tendencia como la hipotetizada está lejos de desentonar con los ciclos anteriores. Obviamente, este estudio no constituye un consejo de inversión, sino simplemente un esfuerzo intelectual para predecir un futuro absolutamente incierto y lejos de ser seguro, y los valores máximos y mínimos se basan simplemente en modelos que no necesariamente se harán realidad.
