Dos grandes grupos mediáticos japoneses, Nikkei y Asahi Shimbum, han presentado conjuntamente una demanda en un tribunal de distrito de Tokio contra la empresa de inteligencia artificial Perplexity AI por infracción de derechos de autor.
Esto se suma a una serie de editoras de noticias que han desafiado a empresas de inteligencia artificial por utilizar su contenido para entrenar sus herramientas de IA. Las dos organizaciones mediáticas – Nikkei, propietaria del Financial Times, junto con Asahi Shimbum – confirmaron el desarrollo en un comunicado el martes.
Los editores exigen 2.2 mil millones de yenes cada uno a Perplexity
Los dos grupos mediáticos alegan que Perplexity copió y almacenó su contenido sin permiso, pasando por alto las medidas técnicas implementadas para prevenir el uso no autorizado.
También alegan que la empresa de motor de búsqueda de IA proporcionó información incorrecta atribuida a sus artículos, lo que podría dañar su credibilidad, según los grupos mediáticos.
Nikkei y Asahi Shimbum exigen 2.2 mil millones de yenes, o $14.7 millones, en daños cada uno. También quieren que Perplexity elimine los artículos almacenados.
Las organizaciones mediáticas argumentan que las acciones de las empresas de IA al usar su contenido sin autorización les están quitando lectores y sus ingresos publicitarios, amenazando así modelos de negocio ya frágiles.
“Las acciones de Perplexity equivalen a un ‘aprovechamiento gratuito’ a gran escala y continuo sobre el contenido de los artículos que los periodistas de ambas compañías han dedicado inmenso tiempo y esfuerzo en investigar y escribir, mientras que Perplexity no paga ninguna compensación.”
Nikkei.
“Si no se controla, esta situación podría socavar los cimientos del periodismo, que se compromete a transmitir los hechos con precisión”, agregó Nikkei en un comunicado.
Este caso no es exclusivo de Japón, sino que también es frecuente en Estados Unidos, ya que las editoras de noticias comienzan a resistirse a los grupos de IA. Solo en Japón, un caso similar presentado por otro gran periódico – el Yomiuri – es otro ejemplo.
El caso refleja la creciente brecha entre las herramientas de IA y los editores de noticias
Abogados en Japón dicen que estos son “casos de prueba”, y agregan que, si bien la ley en Japón es flexible, también tiene algunas restricciones.
Kensaku Fukui, experto en derecho de autor en Kotto Dori, un estudio jurídico en Tokio, dice que si bien “la ley de derechos de autor es en algunos aspectos permisiva para el entrenamiento de IA con obras protegidas existentes... existen algunas restricciones.”
En Estados Unidos, el New York Post y Dow Jones de Rupert Murdoch también han alegado que Perplexity está perjudicando sus negocios al desviar clientes e ingresos de los editores de noticias mediante el uso de su contenido para responder preguntas en sus plataformas a través de su chatbot. Dicen que la empresa de IA podría haber pagado por el contenido o dirigido a los lectores a sus sitios web.
Aumentando sus problemas con los editores de noticias, la BBC también exigió que Perplexity deje de usar su contenido en una carta de “cese y desista”. La emisora exigió que Perplexity detuviera todo el scraping de sus artículos, eliminara cualquier copia existente y presentara “una propuesta de compensación financiera”.
Otros medios como el New York Times y Conde Nast también han enviado cartas similares a la empresa de IA pidiéndoles que dejen de usar su contenido sin permiso.
Según Japan Times, esta última acción legal de los dos editores japoneses refleja la creciente brecha entre los editores y las empresas de IA sobre quién controla o se beneficia de la distribución de noticias.
Sin embargo, Perplexity ha introducido un acuerdo de reparto de ingresos con algunos editores, incluidos Time, Fortune y Der Spiegel. El modelo implica que Perplexity les pagará cada vez que se dé una respuesta que haga referencia a su trabajo, lo que señala un cambio en la forma en que las startups de IA buscan asociaciones y acuerdos comerciales con los editores.
La startup de IA tiene un estimado de 30 millones de usuarios, la mayoría de ellos radicados en Estados Unidos.
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