¿Qué reglas de mercado deben establecerse cuando el oscuro y salvaje mundo de las criptomonedas avanza hacia la corriente principal?

Necesitamos que el sector cripto se convierta en una computadora universal, no en un casino. 

Autor: Scott Duke Kominers, a16z

Traducción: AididiaoJP, Foresight News

A medida que el gobierno de Estados Unidos comienza a reconocer la tecnología blockchain, la pregunta ahora es cómo aprovecharla mejor. Algunas personas pueden desear impulsar una libertad sin regulación, pero eso sería un error. La historia y la teoría económica muestran que los mercados prósperos requieren reglas claras y consistentes, y el sector cripto no es una excepción. 

En ciertos aspectos, la resistencia a la autoridad centralizada es una característica inherente al sector cripto. El creador anónimo de bitcoin, Satoshi Nakamoto, diseñó este protocolo para eludir a los intermediarios financieros, imaginando una moneda no controlada por gobiernos o instituciones. Muchos de los primeros adoptantes compartían un espíritu de individualismo radical, evocando el libre espíritu de los “clubes de computadoras cibernéticas”, el movimiento de software de código abierto y los primeros defensores de la criptografía. 

Pero el potencial del sector cripto solo puede realizarse si es ampliamente aceptado e integrado en los negocios convencionales. Y para que los empresarios y consumidores adopten el sector cripto, deben confiar en reglas claras que prevengan el fraude y garanticen un acceso justo. Sin esa confianza, la gente dudará en entrar al mercado, y mucho menos en utilizar la tecnología cripto para transacciones cotidianas. 

Contrario a la opinión de algunos, el “libre mercado” no es una libertad sin regulación, sino un sistema estructurado donde los individuos pueden intercambiar voluntariamente y esperar razonablemente equidad y seguridad. Sin protecciones básicas, los mercados colapsan. Sin salvaguardas, la incertidumbre ahuyentará a una gran cantidad de inversores y empresas legítimas, dejando solo a los especuladores y actores malintencionados. 

Necesitamos que el sector cripto se convierta en una computadora universal, no en un casino. 

¿Qué tipo de reglas necesita el sector cripto? 

Desde Smith hasta Hayek, Friedman y De Soto, los economistas han reconocido durante mucho tiempo el papel crucial que desempeña el gobierno en el establecimiento de instituciones de mercado que permiten que los mercados prosperen. 

Smith creía que la propiedad permitía a las personas “asegurar los frutos de su trabajo”, y que el papel del gobierno era una “administración judicial tolerable” para proteger esos derechos. Para Hayek, el papel del gobierno era mantener el estado de derecho y evitar la arbitrariedad. Friedman reconocía que el gobierno debía hacer cumplir los contratos y proteger a los ciudadanos contra crímenes hacia ellos o su propiedad. De Soto señalaba que la falta de reglas claras y de propiedad conduce a la “solidificación del capital”. 

El nuevo presidente de la Securities and Exchange Commission de Estados Unidos, Paul Atkins, reflejó estos puntos de vista en un reciente discurso, señalando: “Los reguladores deben proporcionar el alcance mínimo efectivo de regulación para proteger a los inversores, permitiendo al mismo tiempo que los empresarios y las empresas prosperen”. 

Las reglas que rigen el sector cripto, como las de todos los mercados, deben estar orientadas a lograr cuatro objetivos clave: 

Primero, previsibilidad y estabilidad. Un mercado funcional necesita reglas claras y ejecutables. Los empresarios necesitan saber cómo se regularán sus negocios. Los inversores deben confiar en que las reglas no cambiarán arbitrariamente. Los consumidores deben creer que sus transacciones son seguras. 

Segundo, protección de la propiedad. La propiedad segura es la base de cualquier mercado. El sector cripto, a través de la tecnología blockchain, sobresale en codificar la propiedad, pero el marco legal debe reforzar y complementar estas protecciones. 

Tercero, transparencia y claridad de la información. Los mercados eficientes dependen de información confiable. Los compradores necesitan saber qué están comprando, ya sean activos digitales, productos de finanzas descentralizadas o NFT. La regulación debe promover la divulgación, ayudando a consumidores e inversores a tomar decisiones informadas y previniendo esquemas fraudulentos. 

Por último, competencia justa. Las reglas deben prevenir conductas monopólicas, manipulación de mercado y fraude. Sin supervisión y salvaguardas a medida, los mercados pueden convertirse en un campo de juego para actores maliciosos que explotan asimetrías de información, engañan a los inversores o inflan artificialmente los precios de los activos. Cualquier marco regulatorio debe ser coherente con las reglas existentes para no crear inadvertidamente nuevas lagunas en las protecciones establecidas. 

Estas cuatro características son esenciales para el funcionamiento del mercado: la estabilidad y la previsibilidad ayudan a las personas a realizar transacciones; la propiedad clara es una condición necesaria para que estas transacciones ocurran. Luego, la transparencia y la competencia abierta ayudan a garantizar que las transacciones en las que las personas eligen participar impulsen el mercado hacia resultados más productivos y de mayor valor social. 

El camino a seguir

El sector cripto no es una industria con un buen sistema regulatorio, pero finalmente está en ese camino. Las startups cripto han operado durante años en un entorno regulatorio ambiguo y a menudo hostil. Así, aunque la tecnología blockchain proporciona sólidas protecciones internas para la propiedad, el entorno regulatorio circundante no ha apoyado mercados saludables. 

Por ejemplo, la Securities and Exchange Commission (SEC) de Estados Unidos, hasta hace poco, responsabilizaba a las empresas cripto por supuestas infracciones sin antes establecer estándares legales claros. Los empresarios solo podían adivinar qué reglas se aplicaban, y luego enfrentaban litigios a posteriori. Esto generó incertidumbre, sofocó la innovación y permitió que los actores maliciosos operaran en las zonas grises resultantes. 

Además, muchas regulaciones cripto se crearon para el sistema financiero tradicional, tratando los activos basados en blockchain simplemente como una nueva forma de valores o productos tradicionales. Pero el sector cripto no es solo finanzas: también es una plataforma de infraestructura de red. Una regulación efectiva debe reconocer ambas dimensiones, asegurando que la supervisión financiera no sofoque el desarrollo tecnológico. 

El sector cripto tiene el potencial de transformar por completo la lógica organizativa de todo, desde la verificación de identidad personal hasta la gestión de eventos y los pagos globales. Pero para lograr este potencial se necesitan salvaguardas legales y regulatorias, como una taxonomía de tokens que proporcione definiciones legales para los bienes digitales; estándares para evaluar la descentralización y la desintermediación; protección al consumidor; directrices fiscales; y un marco que permita a las empresas legítimas basadas en blockchain operar sin temor a demandas arbitrarias. 

Nada de esto es radical o sin precedentes. Los principios que hacen funcionar los mercados, como la estabilidad, la propiedad, la transparencia y la competencia justa, se entienden desde hace mucho tiempo. Pero aún no se han aplicado de manera consistente al sector cripto. Esto debe cambiar, y la industria debe dar la bienvenida a ese cambio.