Un juez estadounidense detiene la política de deportación rápida de Trump

　　Un juez estadounidense ha detenido una política implementada durante varios meses por el gobierno de Trump. Según esta política, si los inmigrantes ilegales no pueden demostrar rápidamente que han residido en Estados Unidos durante más de dos años, los agentes federales pueden deportarlos rápidamente en todo el país sin el debido proceso legal.

　　El fallo se emitió el viernes y suspende temporalmente una regulación que entró en vigor en enero de este año, la cual se había convertido en una medida central en la campaña de deportaciones masivas del presidente Trump. Anteriormente, el procedimiento de “expedited removal” solo se aplicaba a inmigrantes detenidos cerca de la frontera entre Estados Unidos y México y que hubieran ingresado al país hacía pocas semanas; la nueva regulación amplió el alcance del procedimiento, permitiendo la deportación rápida de inmigrantes ilegales en todo el país que hayan estado en Estados Unidos por menos de dos años.

　　La jueza del Tribunal de Distrito de Estados Unidos, Jia Cobb, señaló en su fallo que el procedimiento de “expedited removal” en sí mismo tiene un alto margen de error, incluyendo la posibilidad de deportar rápidamente a personas que tienen razones legales para residir en el país. Indicó que ampliar el alcance de esta política solo conduciría a más errores, algunos de los cuales podrían ser irreparables.

　　Cobb escribió en su fallo: “El gobierno podría acusarte de entrada ilegal, someterte a un procedimiento judicial sumario, ‘probar’ el hecho de tu entrada ilegal y luego deportarte de inmediato. Simplemente con acusarte de entrada ilegal, el gobierno puede privarte de cualquier oportunidad sustancial de refutar sus cargos.”

　　Cobb calificó los argumentos del gobierno como “sorprendentes” y señaló que esto significaría que los inmigrantes ilegales “no tendrían ninguna protección de debido proceso bajo la Quinta Enmienda de la Constitución, y solo podrían depender de la ‘gracia’ que el Congreso pudiera otorgarles.”

　　Otro revés

　　Este fallo representa el último revés para las acciones del gobierno de Trump contra la inmigración ilegal. Anteriormente, las medidas relacionadas del gobierno de Trump ya habían provocado un temor generalizado entre millones de inmigrantes, quienes temían ser arrestados repentinamente por agentes enmascarados y deportados de Estados Unidos sin apenas vías de apelación. En otro caso, un juez federal en Los Ángeles ya había detenido el uso de perfiles raciales (basados en la raza para determinar sospechosos) por parte de agentes de inmigración en redadas en esa región; actualmente, el gobierno ha solicitado a la Corte Suprema de Estados Unidos que suspenda la ejecución de ese fallo.

　　El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) de Estados Unidos emitió una declaración sobre el fallo de Cobb, calificando la decisión como tomada por un “juez radical” y alegando que no reconoce la jurisdicción presidencial en asuntos de inmigración.

　　La declaración dice: “El gobierno anterior permitió la ‘invasión’ de inmigrantes ilegales desde la frontera sur de nuestro país. El DHS está ejerciendo plenamente su autoridad bajo la ley federal para incluir en el procedimiento de expedited removal a los inmigrantes ilegales que han residido en Estados Unidos por menos de dos años.”

　　Cobb indicó en su fallo que la jurisprudencia de la Corte Suprema de Estados Unidos y la Constitución ya establecen claramente que los inmigrantes ilegales que anteriormente no estaban sujetos al procedimiento de “expedited removal” tienen derecho a impugnar sustancialmente las decisiones de deportación a través de los canales legales adecuados.

　　Cobb señaló: “Quizás millones de inmigrantes hayan ingresado ilegalmente, pero han establecido sus vidas aquí y consideran a Estados Unidos su hogar. Sin embargo, el gobierno solicita a la corte que excluya a este grupo de la protección del debido proceso constitucional, una petición extrema que este tribunal rechaza.”

　　Esta demanda fue presentada el 22 de enero por la organización sin fines de lucro “Make the Road New York”, con sede en Brooklyn. La organización cuestionó la política del gobierno de Trump, que permite a “oficiales de inmigración de bajo rango” tomar decisiones de deportación directa sin proporcionar suficiente asistencia legal a los no ciudadanos ni darles la oportunidad de recopilar pruebas.

　　La organización declaró en la demanda: “La experiencia de casi 30 años demuestra que, incluso cuando se utiliza el procedimiento de ‘expedited removal’ en la frontera para los recién llegados, este procedimiento está lleno de errores y viola ampliamente los derechos legales individuales. Sin embargo, el gobierno ha decidido ampliar el alcance de ‘expedited removal’ a una gran cantidad de no ciudadanos que residen en todo Estados Unidos, ignorando por completo estas lecciones aprendidas.”